La receta para el estres punset

La receta para el estres punset

Proyecto de Ciudades

Dos de los materiales más importantes que sustentan nuestra sociedad industrial son el silicio y el acero. Sin el silicio, el material con el que se fabrican los microprocesadores y los chips de memoria, no habría ordenadores baratos y las telecomunicaciones serían enormemente menos potentes y más caras. El acero es la base de la mayor parte de la construcción y la ingeniería civil, y hace posibles tanto los coches como los camiones y las carreteras por las que circulan. Por eso, al leer el último libro de Vaclav Smil, Transforming the Twentieth Century (sobre el que quizá escriba más adelante), me llamó la atención el contraste de las estadísticas de ambos materiales.

En el año 2000 se produjeron en el mundo unos 846 millones de toneladas de acero, lo que eclipsa la producción de 20.000 toneladas de silicio puro. En términos de valor, la comparación es un poco más estrecha: a unos 600 dólares la tonelada, la producción anual de acero tenía un valor de 500.000 millones de dólares, frente al valor de 1.000 millones del silicio. Smil cita otro par de datos estadísticos que pueden ser de gran utilidad a la hora de considerar las posibles repercusiones económicas de la nanotecnología.

Cómo motivarse para cambiar su comportamiento | Tali Sharot

Durante más de un siglo, hemos conseguido añadir una media de 0,3 años a nuestra esperanza de vida cada año. ¿Pero qué pasaría si tuviéramos la tecnología para añadir un año de esperanza de vida cada año? En teoría, lograríamos la inmortalidad biológica, habiendo alcanzado la “velocidad de escape” del envejecimiento.

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Investigadores con visión de futuro, como Ray Kurzweil y Aubrey de Grey, afirman que alcanzaremos esta velocidad de escape en cuestión de décadas. Otros científicos son menos optimistas y predicen que alcanzaremos un límite, una edad máxima que no podremos superar, por mucha tecnología que tengamos. Por ejemplo, algunos biólogos afirman que nuestras células dejan de regenerarse después de unos 120 años.

Hay mucha sabiduría en el clásico dicho “mens sana in corpore sano” (“una mente sana en un cuerpo sano”): Nos recuerda que tanto la mente como el cuerpo son importantes, y que la salud de uno está relacionada con la del otro. Se ha demostrado que mantener una mente activa y adaptable es uno de los factores clave para mantenerse joven.

Presentación de “Basuras” (Gusanillo) en Garabato Libros

En este trabajo se estudió el refuerzo de carburo de tungsteno en recubrimientos de matriz de cobalto (WC-Co-Cr). El proceso de deposición se llevó a cabo mediante oxicorte de alta velocidad (HVOF). El estudio pretendía investigar la influencia de uno de los parámetros clave del proceso, la distancia de pulverización, en la microestructura y la composición de fases de los recubrimientos, así como en sus propiedades mecánicas y tribológicas. Los recubrimientos fabricados se analizaron mediante microscopía electrónica de barrido, difracción de rayos X (DRX), ensayo de indentación instrumentado, ensayo de adhesión pull-off y método de bola sobre disco. Los resultados revelaron que la selección de la distancia de pulverización adecuada provocaba un alto índice de retención de carburo (ICR) que ascendía a 0,95, lo que promovía una mayor dureza y una mejor resistencia al desgaste. La microdureza instrumental se encontraba en el rango de 14,2-14,8 GPa, mientras que el módulo de Young presentaba valores desde 336 GPa hasta 342 GPa. La resistencia a la adherencia de los recubrimientos depositados estaba en el rango de 55-65 MPa. Los valores del factor de desgaste estaban en el rango de 73-81 × 10-7 mm3/(N – m) y el coeficiente de fricción era de aproximadamente 0,4. El mecanismo de desgaste dominante es la abrasión y el modo adhesivo apoyado por la deslaminación del material inducida por la fatiga.

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Booktrailer: El mundo en tus manos – Elsa Punset

Según el análisis reciente de diversas bases de datos, la pulverización en frío (CS), el método más reciente entre las tecnologías de pulverización térmica, ha recibido la atención ininterrumpida de cientos de investigadores desde su invención en la década de 1980. La importancia del CS radica en la baja temperatura del proceso, que suele garantizar tensiones residuales de compresión y permite la formación de revestimientos sobre un sustrato térmicamente sensible.

La pulverización dinámica con gas frío, también conocida como pulverización cinética o simplemente pulverización en frío (CS), fue desarrollada originalmente a mediados de la década de 1980 como proceso de deposición de recubrimientos por A. Papyrin y su equipo en el Instituto de Mecánica Teórica y Aplicada de la Academia Rusa de Ciencias en Novosibirsk [1]. Los investigadores rusos registraron varias patentes, entre ellas [2][3][4], y luego publicaron el primer manuscrito sobre el CS en 1990 [5]. Esta invención destacó en el campo de las tecnologías de pulverización térmica, ya que el proceso permitía la deposición de partículas metálicas en estado sólido. Al tiempo que mejoraba el proceso de CS, el equipo de Papyrin depositó con éxito una amplia gama de metales puros, aleaciones metálicas y compuestos metal-cerámicos sobre diversos materiales de sustrato y demostró la viabilidad de la pulverización en frío para diversas aplicaciones. Para salvaguardar esta innovadora tecnología en otros continentes, en 1994 se concedió una patente estadounidense sobre el CS [6] y en 1995 una europea [7]. Hasta ahora, investigadores de todo el mundo han desarrollado el proceso de CS y han ampliado sus aplicaciones.

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Acerca del autor

Elinda Ferrer Covarrubias

Soy Elinda Ferrer Covarrubias, trabajo de profesora de psicología para alumnos de máster, además de dedicarme a realizar estudios avanzados. Mi mayor afición es la música, en especial el rap.

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