Estres positivo en los niã±os

Estres positivo en los niã±os

Los efectos a lo largo de la vida de la adversidad en la primera infancia y el estrés tóxico

Hay dos tipos principales de estrés que afectan a los seres humanos1: el estrés fisiológico (físico) y el psicológico. Los estresores fisiológicos son fuerzas físicas lo suficientemente fuertes como para desafiar los límites físicos de un individuo. Los estresores psicológicos son tensiones psicosociales que resultan de la interpretación subjetiva de una persona, basada en expectativas, creencias o suposiciones derivadas de sus experiencias anteriores.

Cuando se activa la respuesta al estrés, la percepción de control del niño sobre el estresor, basada en experiencias anteriores, determina la intensidad, la duración y los efectos a largo plazo del estrés. Esto significa que, dado el mismo factor estresante, cada niño percibe el estrés de forma diferente debido a sus experiencias vitales únicas en el pasado.

Las experiencias adversas que son de corta duración crean un estrés positivo, llamado eustrés. La mayor parte del estrés cotidiano es estrés positivo. Es normal en la vida cotidiana. Los niños pequeños pueden experimentarlo cuando conocen a un nuevo familiar, van a una nueva guardería, les quitan un juguete o asisten al primer día de colegio.

¿Qué es el estrés positivo para los niños?

El estrés positivo es la tensión breve que sienten los niños y los adolescentes cuando se enfrentan a un reto. Puede hacer que se preparen y se concentren. Puede motivarles a perseguir objetivos, a hacer cosas o a probar cosas nuevas. Pueden sentir estrés positivo antes de un examen, un partido importante o un recital.

¿Qué efectos positivos puede tener el estrés en el desarrollo de los niños?

El estrés positivo es una parte normal del aprendizaje y el desarrollo. A medida que los niños aprenden a lidiar con la frustración, a superar los obstáculos y a enfrentarse a los retos, experimentarán una cierta cantidad de estrés. Este nivel de estrés suele ser seguro y manejable, especialmente si el niño cuenta con el apoyo de un entorno familiar saludable.

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Estrés tóxico

El estrés positivo se refiere a acontecimientos vitales comunes y rutinarios que pueden causar un aumento temporal de nuestro nivel de estrés del que nos recuperamos rápidamente. Algunos ejemplos en los niños son aprender a montar en bicicleta, recibir las vacunas en la consulta del médico o el primer día de colegio. Cada una de estas experiencias es temporal y no traumatiza al niño.

El estrés tolerable se refiere a las experiencias que son potencialmente traumáticas y que causan niveles significativos de estrés en el niño, que duran más tiempo y requieren más esfuerzo para recuperarse. Algunos ejemplos son la muerte de un ser querido o la supervivencia a un desastre natural. Estas experiencias hacen que el cuerpo del niño genere una respuesta de estrés que dura un poco más. Con el tiempo, la mente y el cuerpo del niño se recuperan de la experiencia gracias al apoyo de los adultos afectuosos que le rodean.

El estrés tóxico se refiere a los acontecimientos vitales prolongados y traumáticos que se producen durante un periodo de tiempo prolongado en la vida del niño sin la protección de un adulto. Ejemplos de estrés tóxico pueden ser el abuso (físico, sexual, emocional), la negligencia (física, emocional) y la disfunción del hogar (enfermedad mental de los padres, violencia doméstica, encarcelamiento de los padres). En respuesta a esta exposición prolongada a eventos tóxicos, el cuerpo del niño produce una respuesta de estrés severa que dura un período de tiempo prolongado.

El estrés de los adolescentes

El estrés es la respuesta fisiológica y cognitiva del cuerpo a situaciones/eventos que percibimos como amenazas o desafíos. Es una respuesta normal y natural. El Consejo Científico Nacional sobre el Niño en Desarrollo propuso tres formas distintas de respuestas al estrés en los niños pequeños: Positiva, tolerable y tóxica.1, 2 Empecemos por esta última porque se considera el tipo de respuesta al estrés más peligroso o dañino. La exposición a experiencias estresantes y adversas durante un largo período de tiempo puede convertirse en tóxica. Esta exposición repetida al estrés sin el beneficio de la protección de una relación adulta de apoyo se ha denominado estrés tóxico.1, 2 Varios acontecimientos vitales adversos pueden contribuir a la respuesta de estrés tóxico, como la negligencia y el abuso, el divorcio/la separación, la muerte de un ser querido, la exposición a la violencia doméstica, el encarcelamiento de uno de los padres o de un miembro de la familia, la violencia en el vecindario, la pobreza extrema, el abuso de drogas/alcohol por parte del padre o del miembro de la familia, la enfermedad mental del padre o del cuidador, el abandono. La exposición al estrés tóxico puede tener consecuencias perjudiciales a corto y largo plazo para la salud física y mental tanto de los niños como de los adultos.

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Estrés en la crianza de los hijos

El estrés que se produce continuamente, o que es provocado por múltiples fuentes, puede pasar factura a la salud del niño. El estrés tóxico que sufren los niños no sólo condiciona su vida emocional como adultos, sino que también afecta a su salud física y a su longevidad.

El estrés es una reacción del cuerpo a las situaciones que ocurren dentro y fuera del cuerpo. El estrés puede ser útil y se ha incorporado a nuestra fisiología humana para la supervivencia. Por ejemplo, imagine que está de excursión en el bosque y se enfrenta a un oso. La respuesta natural del cuerpo de “lucha o huida” hace que la adrenalina y el cortisol sean bombeados al torrente sanguíneo para ayudarle a luchar con más fuerza y correr más rápido.

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La respuesta de estrés del cuerpo es beneficiosa para ayudarle a sobrevivir a este encuentro potencialmente mortal. Sin embargo, esta respuesta de estrés sólo es apropiada y útil si estás realmente en el bosque con un oso. El problema se produce si el oso viene a casa contigo todas las noches, por ejemplo si eres un niño de 5 años cuya madre soltera y trabajadora está luchando contra el alcoholismo. Este niño experimenta estrés día tras día y puede convertirse en “estrés tóxico”.

Acerca del autor

Elinda Ferrer Covarrubias

Soy Elinda Ferrer Covarrubias, trabajo de profesora de psicología para alumnos de máster, además de dedicarme a realizar estudios avanzados. Mi mayor afición es la música, en especial el rap.

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