En que parte del cerebro se encuetra la mente inconsciente

En que parte del cerebro se encuetra la mente inconsciente

¿Existe la mente inconsciente?

¿Quién soy yo? ¿Qué es el yo y de dónde viene? Este puede ser uno de los problemas más antiguos de la filosofía. Más allá de la filosofía tradicional, sólo muy recientemente los enfoques de la neurociencia (en particular los estudios de imagen) han tratado de abordar también estas cuestiones. ¿Cuáles son los sustratos neuronales de nuestro yo? Cada vez hay más pruebas que demuestran que un conjunto de estructuras etiquetadas como estructuras corticales de la línea media son componentes fundamentales para generar un yo consciente. Además, las teorías recientes sobre la cognición incorporada proponen que este yo consciente podría complementarse con estructuras adicionales, por ejemplo, en las cortezas somatosensoriales, que permiten a nuestro cerebro crear una “mente incorporada”. Mientras que el yo basado en las estructuras corticales de la línea media puede estar relacionado con un yo consciente, aquí proponemos que la faceta encarnada del yo puede estar vinculada a algo que llamamos yo inconsciente. En este artículo describimos los problemas de este modelo de un yo consciente e inconsciente y discutimos posibles soluciones desde un punto de vista teórico.

¿Qué parte del cerebro es responsable de las respuestas de inconsciencia?

El cerebro es la estructura cerebral más grande y forma parte del cerebro anterior (o prosencéfalo). Su prominente porción externa, la corteza cerebral, no sólo procesa la información sensorial y motora, sino que permite la conciencia, nuestra capacidad de considerarnos a nosotros mismos y al mundo exterior.

¿El cerebro derecho es la mente inconsciente?

La mente inconsciente deutsch

La mente inconsciente (o el inconsciente) consiste en los procesos de la mente que ocurren automáticamente y que no están disponibles para la introspección e incluyen los procesos de pensamiento, los recuerdos, los intereses y las motivaciones[1].

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Aunque estos procesos existen muy por debajo de la superficie de la conciencia, se considera que ejercen un efecto sobre el comportamiento. El término fue acuñado por el filósofo romántico alemán del siglo XVIII Friedrich Schelling y posteriormente introducido en inglés por el poeta y ensayista Samuel Taylor Coleridge[2][3].

La evidencia empírica sugiere que los fenómenos inconscientes incluyen sentimientos reprimidos, habilidades automáticas, percepciones subliminales y reacciones automáticas,[1] y posiblemente también complejos, fobias ocultas y deseos.

El concepto fue popularizado por el neurólogo y psicoanalista austriaco Sigmund Freud. En la teoría psicoanalítica, se entiende que los procesos inconscientes están directamente representados en los sueños, así como en los lapsus y los chistes.

Así, la mente inconsciente puede considerarse la fuente de los sueños y los pensamientos automáticos (los que aparecen sin causa aparente), el depósito de los recuerdos olvidados (que pueden seguir siendo accesibles a la conciencia en algún momento posterior) y el lugar del conocimiento implícito (las cosas que hemos aprendido tan bien que las hacemos sin pensar).

Subconsciente

Saltar al contenido principalVenta Flash de Otoño. Ahorre un 20%Suscríbase Crédito: Stewart Sutton Getty ImagesPublicidadEn resumenLas investigaciones sobre la mente inconsciente han demostrado que el cerebro hace juicios y toma decisiones de forma rápida y automática. Continuamente hace predicciones sobre acontecimientos futuros.

En 1909, cinco hombres se reunieron en la Universidad Clark de Massachusetts para conquistar el Nuevo Mundo con una idea. A la cabeza de esta pequeña tropa estaba el psicoanalista Sigmund Freud. Diez años antes, Freud había introducido un nuevo tratamiento para la llamada “histeria” en su libro La interpretación de los sueños. Esta obra también introdujo una visión escandalosa de la psique humana: bajo la superficie de la conciencia se agita un caldero en gran medida inaccesible de pulsiones profundamente arraigadas, especialmente de energía sexual (la libido). Estas pulsiones, controladas por la moral inculcada por la sociedad, se manifiestan en deslices, sueños y neurosis. Los lapsus, a su vez, son una prueba de la mente inconsciente.

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Invitado por el psicólogo G. Stanley Hall, Freud dio cinco conferencias en Clark. Entre el público se encontraba el filósofo William James, que había viajado desde la Universidad de Harvard para conocer a Freud. Se dice que, al partir, James le dijo a Freud: “El futuro de la psicología pertenece a su trabajo”. Y tenía razón.

¿En qué parte del cerebro se encuentra la conciencia?

El juicio rápido. La canción que pasa constantemente por tu cabeza cada vez que cierras la puerta de tu oficina. El deseo de beber Coca-Cola en lugar de Pepsi o de conducir un Mustang en lugar de un Prius. La expresión de la cara de tu cónyuge que inexplicablemente te hace sentir amoroso o enfurecido. ¿O qué tal las razones, ahora incomprensibles, por las que se casó con su cónyuge en primer lugar?

Aunque todos estos acontecimientos no guardan relación superficial, cada uno de ellos revela un aspecto de una rica vida interior que no forma parte del pensamiento consciente, y mucho menos racional. Hoy en día, mucho después de que Sigmund Freud introdujera en el mundo el hecho de que gran parte de lo que hacemos está determinado por misteriosos recuerdos y fuerzas emocionales, se están explorando de nuevo las profundidades de la mente y el cerebro. “La mayor parte de lo que hacemos cada minuto de cada día es inconsciente”, afirma el neurocientífico de la Universidad de Wisconsin Paul Whelan. “La vida sería un caos si todo estuviera en la vanguardia de nuestra conciencia”.

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Impulsadas por la potente tecnología de neuroimagen, las preguntas sobre cómo tomamos decisiones precipitadas, por qué nos sentimos incómodos sin causas evidentes, qué nos motiva y qué nos satisface están siendo respondidas no a través de tumbarse en un sofá y explorar las miserias individuales de la infancia, sino observando las neuronas que se disparan en partes concretas de nuestro cerebro. Apenas pasa una semana sin que se publiquen los resultados de un nuevo estudio sobre este tipo de procesos. Y la cultura popular está tan fascinada por la neurociencia que Blink, la exploración del periodista Malcolm Gladwell sobre “pensar sin pensar”, ha permanecido en las listas de los más vendidos durante cuatro semanas.

Acerca del autor

Elinda Ferrer Covarrubias

Soy Elinda Ferrer Covarrubias, trabajo de profesora de psicología para alumnos de máster, además de dedicarme a realizar estudios avanzados. Mi mayor afición es la música, en especial el rap.

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