Tener todo bajo control psicologia

Tener todo bajo control psicologia

Locus de control externo

Una persona con un locus de control externo atribuye el éxito o el fracaso académico a la suerte o al azar, a un poder superior o a la influencia de otra persona, más que a sus propias acciones. También luchan más contra la procrastinación y las tareas difíciles.

El locus de control es el grado en que las personas creen que ellas, en contraposición a las fuerzas externas (más allá de su influencia), tienen el control sobre el resultado de los acontecimientos en sus vidas. El concepto fue desarrollado por Julian B. Rotter en 1954, y desde entonces se ha convertido en un aspecto de la psicología de la personalidad. El “locus” (plural “loci”, que en latín significa “lugar” o “localización”) de una persona se conceptualiza como interno (la creencia de que uno puede controlar su propia vida) o externo (la creencia de que la vida está controlada por factores externos en los que la persona no puede influir, o que el azar o el destino controlan sus vidas)[1].

Las personas con un fuerte locus de control interno creen que los acontecimientos de su vida son principalmente el resultado de sus propias acciones: por ejemplo, al recibir los resultados de los exámenes, las personas con un locus de control interno tienden a alabarse o a culparse a sí mismas y a sus capacidades. Las personas con un fuerte locus de control externo tienden a alabar o culpar a factores externos, como el profesor o el examen[2].

¿Cómo se llama cuando se siente la necesidad de controlar todo?

Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) también pueden tener una fuerte necesidad de controlarlo todo en un intento de reducir la ansiedad y los miedos.

¿Qué enfermedad mental provoca el control?

Causas del comportamiento controlador

Las más comunes son los trastornos de ansiedad y los trastornos de personalidad. Las personas con trastornos de ansiedad sienten la necesidad de controlar todo lo que les rodea para sentirse en paz. Es posible que no confíen en que los demás manejen las cosas como ellos.

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¿Cómo se llama la personalidad controladora?

La personalidad obsesivo-compulsiva se caracteriza por una preocupación por el orden, la perfección y el control de las relaciones. El individuo controla su ansiedad trasladándola a su pensamiento (obsesivo) y luego actuándola (compulsión).

Locus de control interno

La actual pandemia en la que estamos inmersos me ha recordado que, como humanos, no nos gusta la ambigüedad y la incertidumbre: nos gusta tener respuestas a nuestras preguntas; soluciones a nuestros problemas; explicaciones a las situaciones. A muchos de nosotros nos angustia enfrentarnos a lo desconocido. En psicología, el término para esto es “cierre cognitivo”, que describe el deseo de los humanos de eliminar la ambigüedad y llegar a conclusiones definitivas.

Recientemente, me ha resultado útil recordar el libro de Stephen R. Covey, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Aunque leí el libro hace tiempo, las ideas tienen una nueva aplicación durante el encierro. Covey destaca que el mundo que nos rodea se compone de 2 factores: las cosas que podemos controlar y las que no.

Covey utiliza dos círculos para explicar lo que esto significa para nosotros: el Círculo de Preocupación y el Círculo de Influencia. El Círculo de Preocupación abarca todo lo que nos afecta en nuestra vida. El Círculo de Influencia, por otro lado, incluye todo lo que podemos impactar o afectar en nuestra vida. Podríamos añadir otro círculo interior: el Círculo de Control. En el Círculo de Control decidimos lo que queremos; estamos al mando.

Cuestiones de control

Aunque estoy mucho mejor que antes, soy un poco maniático del control. A menudo utilizo energías perfectamente buenas tratando de planificar, predecir y prevenir cosas que no puedo planificar, predecir o prevenir.

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Por ejemplo, me pregunto si mi bebé dormirá una siesta adecuada cuando viajemos y, si no es así, qué tan malhumorada estará. Pienso en sus patrones de viaje y de siesta, intentando averiguar exactamente a qué nos enfrentamos, como si su sueño fuera algo que pudiera controlar.

Cuando confiamos en que estamos bien independientemente de las circunstancias que se nos presenten, no necesitamos microgestionar el universo. Nos dejamos llevar. Y nos abrimos a todo tipo de posibilidades maravillosas que no existen cuando estamos apegados a un camino “correcto”.

Sospecho que es ligeramente diferente para todos, pero esto es lo que el modo de control parece y se siente para mí: Mi visión se vuelve muy estrecha y enfocada, mi respiración es poco profunda, la adrenalina se dispara y mi ritmo cardíaco aumenta.

Por ejemplo, cuando soy consciente de que estoy en modo control, me imagino que estoy en una pequeña barca remando río arriba, contra la corriente. Es difícil. Es una lucha. Así es como se siente el modo de control para mí.

Locus de control – deutsch

Cuando uno es herido por el mundo -inicialmente por nuestros padres o el entorno de cuidado- es una reacción humana natural tratar de controlar nuestro entorno externo. Tener una personalidad controladora no se considera un trastorno de la personalidad; sin embargo, la teoría y la práctica psicodinámicas contemporáneas consideran que los trastornos de la personalidad DMS-V son condiciones ambientales en contraposición a las puramente psiquiátricas (biológicas y fisiológicas). En ese sentido, un trastorno de la personalidad está diseñado defensivamente para controlar el entorno, y en un sentido social, otras personas son el entorno. Esa cualidad en sí misma es un ingrediente central en una persona que puede tener una personalidad controladora.

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Cada trastorno de la personalidad podría, bajo una lente particular, coincidir con la personalidad controladora de alguien. Podemos echar un vistazo a cómo podría manifestarse ese control en varios trastornos principales de la personalidad:

El individuo con personalidad limítrofe controlará el entorno creando una perturbación constante, percibiéndolo (a ti, a mí, a quien sea) en un momento como todo bueno y al siguiente como todo malo. Las distorsiones en la experiencia de uno mismo y de los demás ponen el control en manos de la condición y la persona límite, y a medida que una relación particular continúa, la persona con trastorno límite es más que capaz de controlar a los demás, en gran medida porque esos otros están intentando disminuir las reacciones de dicho límite. Esto puede parecer -y ser- muy obsesivo del control.

Acerca del autor

Elinda Ferrer Covarrubias

Soy Elinda Ferrer Covarrubias, trabajo de profesora de psicología para alumnos de máster, además de dedicarme a realizar estudios avanzados. Mi mayor afición es la música, en especial el rap.

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